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martes, 11 de septiembre de 2012


La naturaleza

Sentada  bajo la copa del árbol cuya sombra me protege de la abrasadora calor, contemplo la naturaleza de mí alrededor  y con ella todo un campo repleto de floración.

Los insectos posan sobre las flores blancas como la nieve, esperando  capturar su presa para alimentarse con voracidad.

El viento sopla y al verde vivo del campo mueve como al agua dulce del rio.  Respiro suavemente, cierro los ojos, dejo todo mí cuerpo relajado y llevo mis pensamientos al mismo color de las flores, colgando todas mis preocupaciones como lo frutos dulces del árbol.

La naturaleza es la alegría de todos mis días, poder oler los aromas frescos y puros, tocar los suaves pétalos y los estambres de las flores y probar la dulce miel de esa abeja donde un día recogió un polvo llamado polen.   

2 comentarios:

  1. Nuria:
    Nada hay más bello y reconfortante que el contacto con la naturaleza.
    Incluso cuando uno debe lidiar con la agresividad del medio, al efectuar tareas en el medio de la campiña, el placer de esa libertad absoluta es imposible de describir.
    Hoy, que vivo en el medio de una megaciudad, rememoro mis días de trajín, con sol abrasador, insectos varios y plantas adherentes a la ropa, como una bendición de la vida.
    Muy bellas tus palabras en el texto que has editado, pues reflejan un sentir profundo.
    No se duerme siesta mejor que aquella hecha bajo un tilo.
    Un gran abrazo.

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  2. muchas gracias Arturo, sin duda no hay nada mas precioso que la misma naturaleza. Abrazos!

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